Dos meses sin subirme al carrusel me parecían un exceso, estos eventos no deben dejarse sin contribución, ya que al fin y al cabo son eso mismo, nuestras contribuciones, las que hacen más grande este proyecto que es el Carrusel RPG. Dicho esto, os animo a que si leéis esto y sois bloggeros,os informéis en el link y propaguéis la palabra del rol.
Palabra de Charlton Heston....
Este mes tenemos un tema lanzado por Athalbert desde su prodigioso Laboratorio Friki: El Rol y las nuevas tecnologías. En la miríada de artículos que nacerán al calor del Carrusel, se nos desgranarán las multiples bondades de la tecnología aplicada al campo lúdico que nos ocupa, e incluso si hay suerte, descubriremos pequeñas joyas para el disfrute rolero; desde ya, digo que las posibilidades que hay para combinar el binomio tecnologías-rol es acojonante. Mil opciones, generadores de mapas, de tiradas, de manías de pnjs, de ganchos de aventuras... como ayuda para el master tiene que ser algo brutal, y digo tiene por que a mí, todo eso me sobra. Con todas las de la ley, yo soy de la línea de opinión de que en el rol no solo es importante lo que acontezca durante la partida, si no también las sensaciones que te genera. No es un secreto para los que me leen con asiduidad, que mis partidas mayoritariamente son de género fantastico o histórico, y por lo tanto, desde mi punto de vista, para generar sensaciones de inmersión en dicho mundo, sobran las tecnologías.
¡Es usted un loco!¡Retrógrado!¡Atecnócráta!
Calma...Habrá quienes la consideren realmente útil, llegando a dar cienes y cienes de razones que podrán parecer muy válidas, pero yo, en cuanto a tecnología aplicada al rol, soy de la opinión de que si puedes hacerlo tú mismo, no pongas a un programa a hacerlo, por que no cuesta tanto. Prefiero ponerme a dibujar un mapa y tirarte tus raticos, disfrutando mientras te imaginas por donde te saldrán tus jugadores, que realizar el mismo proceso con una máquina.
Ojo, yo no niego las virtudes de la tecnología, pero me da la sensación de que ocupan nichos que podrían ser fácilmente asumidos por el propio director de juego sin que ello supongan una merma excesiva de cara al resto de sus funciones. Y es que, como dice el bueno de Adek, para qué quieres programas, si la herramienta más completa que existe es el propio Master.
Algunos dirán: “Este tipo no ha probado el programa para Masters que uso yo, está equivocadísimo” Error, he probado unos cuantos, y siempre me da la sensación de que, cuanta más tecnología hay sobre la mesa, más se va perdiendo de forma progresiva el tipo de inmersión tradicional en la sesión. Quizá esa ultima afirmación implique llevar un poco lejos las cosas, pero replantéemoslo de otra forma: Hacen falta menos zarandajas para sumergirte de lleno en el discurrir de una aventura, y cuantos más elementos externos sumes, más fácil es que se desequilibre la atención de los jugadores.
En nuestro caso, llevamos este razonamiento a rajatabla,todo lo que necesitamos es, si acaso, un ordenador para la música,y quizá,en casos muy raros, para enseñar alguna imagen puntual por si el asunto no quedaba claro, más allá de ahí...no precisamos de nada más. Incluso a veces siento que el asunto de la música es una muletilla que me he acostumbrado a usar y que no debería. ¿Donde está el magnetismo de aquellos Masters que manejaban universos enteros contando por única arma con su propia voz? Esta cuestión, que puede sonar excesivamente nostálgica, debería llevarnos a pensar si no avanzamos demasiado rápido con la introducción de nuevas tecnologías en esto del rol.
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Tampoco es que me genere aversión todo este aluvión de novísimas posibilidades, si no que tengo más que comprobado que en el rol se hace patente la máxima de “menos es más”. Una caseta de campo, cuatro libros, veinte dados, seis colegas,y una fogata encendida en el hogaril; sumando por último, si se quiere, unas cuantas viandas para rellenar el hogaril y después la tripa. Con esa sencillísima ecuación, tienes una salvajada de horas disfrutando como críos.No me acepto el adjetivo de chapado a la antigua, pero sí que me gusta reconocer que cuando me metí en esto de narrar historias, había unos patrones que aseguraban una diversión memorable, y que a mi modo de ver, la inclusión de la tecnología acabará modificando esos patrones hasta convertirlos en otra cosa diferente que no sé si me cuadra del todo.